Hoy es común escuchar este consejo: “Necesitas tomar vitaminas”, “Requieres un complemento vitamínico”, “Toma más vitaminas”, y otros más como referencia al hecho de que nos falta energía … pero, ¿es esto cierto?
Efectivamente nuestro organismo requiere y necesita vitaminas para poder desarrollarse correctamente, no obstante, tal y como comentábamos en nuestro artículo anterior, para poder gozar de una nutrición sana también debemos contar con un balance adecuado en el consumo de vitaminas.
Las vitaminas se pueden calificar en dos grupo básicos: Las Hidrosolubles y las Liposolubles.
Las vitaminas hidrosolubles son aquellas que se disuelven en agua. Se trata de coenzimas o precursores de coenzimas, necesarias para muchas reacciones químicas del metabolismo.
A diferencia de las vitaminas liposolubles, éstas no se almacenan en el organismo. Esto hace que deban aportarse regularmente y sólo puede prescindirse de ellas durante algunos días.
Las vitaminas liposolubles se caracterizan por disolverse en grasas y aceites. Normalmente se almacenan en tejidos adiposos y en el hígado.
Las Vitaminas Liposolubles se absorben en el intestino delgado y para ello requieren la presencia de sales biliares que solubilicen la grasa que las contiene. Su exceso se almacena en hígado y tejido adiposo, por lo que no es necesario su aporte diario. Se eliminan por las heces.
La pregunta importante ahora es: “¿debo tomar vitaminas?”, ¿cómo complemento mi alimentación?
Los requisitos mínimos diarios de las vitaminas no son muy altos, se necesitan tan solo dosis de miligramos o microgramos contenidas en grandes cantidades (proporcionalmente hablando) de alimentos naturales.
Tanto la deficiencia como el exceso de los niveles vitamínicos corporales pueden producir enfermedades que van desde leves a graves e incluso muy graves como la pelagra o la demencia entre otras, e incluso la muerte. Algunas pueden servir como ayuda a las enzimas que actúan como cofactor, como es el caso de las vitaminas hidrosolubles
La deficiencia de vitaminas se denomina avitaminosis, no "hipovitaminosis", mientras que el nivel excesivo de vitaminas se denomina hipervitaminosis.
La Avitaminosis, es la deficiencia de vitaminas, pudiendo producir ésta trastornos más o menos graves, según el grado de deficiencia, llegando incluso a la muerte.
La Hipervitaminosis por su parte, corresponde al exceso de vitaminas, específicamente en algunas que su exceso puede llegar a ser tóxico (por ejemplo la vitamina D, A, B3).
¿Cómo puedo entonces nivelar mi consumo de vitaminas?
La principal fuente de vitaminas son los vegetales crudos, por ello, hay que igualar o superar la recomendación de consumir 5 raciones de vegetales o frutas frescas al día.
En ocasiones resulta “difícil” poder ingerir estas vitaminas necesarias para nuestro cuerpo debido a que nuestro ritmo de vida no nos permite llevar un control adecuado de lo que comemos, no obstante hay nuevos métodos alimenticios que si te pueden permitir nivelar adecuadamente tu ingesta de vitaminas.
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NUTRICIÓN SANA
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